Scritto da © Anonimo - Mer, 20/07/2011 - 09:55
Camino descalzo en la playa;
la arena suena entre mis dedos;
siento cada instante de vida gritar
mientras corre lento bajo de mí.
la arena suena entre mis dedos;
siento cada instante de vida gritar
mientras corre lento bajo de mí.
Observo el proyectarse de mi sombra
hasta que el sol puede empujarla.
La espero mientras besa espumante
el último soplo de la resaca
mientras resbala absorta en silencio
bajo mis pies que no logran detenerla
hasta que el sol puede empujarla.
La espero mientras besa espumante
el último soplo de la resaca
mientras resbala absorta en silencio
bajo mis pies que no logran detenerla
Miro más allá del tiempo tu imagen
firme, inmóvil, anidada en mi corazón,
y mecido por aquel ritmo cadencioso,
pienso cuantos ojos antes de los míos
se han posado sobre esta azul inmensidad.
firme, inmóvil, anidada en mi corazón,
y mecido por aquel ritmo cadencioso,
pienso cuantos ojos antes de los míos
se han posado sobre esta azul inmensidad.
Cuantos cómo yo han escuchado
la melodía de esta armoniosa resaca,
y han sentido el perfume de las algas,
personas quizás ya desvanecidas,
sin más rostro, ni nombre, ni regreso.
la melodía de esta armoniosa resaca,
y han sentido el perfume de las algas,
personas quizás ya desvanecidas,
sin más rostro, ni nombre, ni regreso.
Un remoto recuerdo corroe mi ánimo
mientras el cielo corre como un río,
y el mar rompe, ola a ola,
espléndido, entre las huidizas dunas
siempre allí, rítmico e inmutable,
con su perpetuo movimiento de espuma,
con su perenne y insistente deseo
de jugar entre mis dedos acariciando mi paso.
mientras el cielo corre como un río,
y el mar rompe, ola a ola,
espléndido, entre las huidizas dunas
siempre allí, rítmico e inmutable,
con su perpetuo movimiento de espuma,
con su perenne y insistente deseo
de jugar entre mis dedos acariciando mi paso.
traduzione
Istanti di vita
Cammino a piedi nudi sulla spiaggia
e sento stridere la rena fra le dita;
ogni attimo di vita sembra gridare
mentre crepita fine sotto di me.
Osservo l’allungarsi della mia ombra
fin dove il sole la può spingere.
L’ aspetto mentre bacia spumando
l’ultimo soffio della risacca,
mentre scivola via, assorta in silenzio
da sotto i miei piedi, incapaci di fermarla.
Guardo oltre il tempo la tua immagine,
ferma, immobile, annidata nel mio cuore.
E cullato da quel ritmo cadenzato,
penso a quanti occhi prima dei miei,
sfiorarono questa azzurra immensità,
a quanti come me, ascoltarono
la melodia di questa armoniosa risacca,
sentirono il profumo delle alghe.
Persone forse già svanite nel tempo,
senza più volto, nè nome, nè ritorno.
Remoti ricordi mi corrodono l’anima
mentre il cielo corre come un fiume,
e il mare rompe, onda dietro onda,
splendido, fra le fuggenti dune
sempre lì, ritmico e immutabile,
col suo perpetuo spumeggiante moto,
con la sua perenne,insistente voglia
di giocare fra le dita, carezzando il mio passo.
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